Sunday, April 02, 2017

A 35 años de la Guerra de Malvinas



La estampita que acompañó a mi papá en la guerra,
perforada por una esquirla de proyectil inglés.

Esta es la estampita de la primera comunión de mi papá, celebrada por el Cura Gaucho Luis Jeannot Sueiro en la Escuela 95 de Ceibas, Entre Ríos. Mi abuelo, maestro rural, le mandó la estampita a su hijo cuando se enteró que ya estaba en las Islas Malvinas. Le pidió que la lleve siempre con él en el bolsillo izquierdo de su chaquetilla de combate. Mi papá cuenta que ese día, volvía de una tarea ordenada por el Jefe del Grupo de Artillería 3. Estaba muy cansado y se refugió en un rancho de chapa. Hizo un fuego porque hacía frío y tenía la ropa húmeda. Colgó la chaquetilla de una soga para que se seque. No sabe cuánto tiempo pasó. Él recuerda que durmió profundamente como pocas veces sucedía en la guerra. Se despertó sobresaltado en medio de un bombardeo de la artillería inglesa. Miró alrededor. El rancho parecía un colador, estaba todo agujereado. Del fuego quedaban unas pocas brasas y la chaquetilla seguía colgada pero se la veía destruida. Recordó la estampita, la que le había mandado su padre. En el medio del bombardeo, la fue a buscar. Él la había doblado en cuatro para que entre en el bolsillo del lado del corazón. La encontró así como se ve en la foto. La imagen intacta, las puntas perforadas por una esquirla de proyectil inglés. La estampita lo acompañó toda la guerra y fue lo único que trajo al volver. Nunca sé qué decirle a mi papá cuando llega el dos de abril. Pienso en él, tan joven, peleando una guerra y me enojo hasta las lágrimas. Quiero que seas feliz todos los días de tu vida, Francisco. Gracias por ser mi papá. Te quiero mucho ❤



Mi papá en Malvinas

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